Aprovechando el final de los exámenes, he decidido pegarme un puente sabático (Como mi amigo Boro hace unas semanas).
Para ello, desde las 17:45 del jueves pasado (hora en la que acabé mi último examen); todavía no he abierto la mochila ni para sacar los libros de ella.
Además, aprovechando que el viernes fue el famoso día de San José o día del padre; mi familia y yo decidimos hacer un viaje a algún punto de España. Desde hacía unas semanas teníamos pensado ir a la Alhambra (como hizo hace poco Basseta); pero debido a que queríamos esperarnos lo máximo posible para saber que tiempo nos esperaría, las entradas se agotaron. Por lo que tuvimos que hacer un cambio de planes, y finalmente decidimos visitar Cuenca.
Para ello, desde las 17:45 del jueves pasado (hora en la que acabé mi último examen); todavía no he abierto la mochila ni para sacar los libros de ella.
Además, aprovechando que el viernes fue el famoso día de San José o día del padre; mi familia y yo decidimos hacer un viaje a algún punto de España. Desde hacía unas semanas teníamos pensado ir a la Alhambra (como hizo hace poco Basseta); pero debido a que queríamos esperarnos lo máximo posible para saber que tiempo nos esperaría, las entradas se agotaron. Por lo que tuvimos que hacer un cambio de planes, y finalmente decidimos visitar Cuenca.
He de confesar que mientras me dirigía hacia allí, sentado en el coche, creía que no iba a disfrutar de la visita a esta ciudad. Posiblemente por la ilusión que me hacía visitar la Alhambra y el chasco que llevaba al no poder hacerlo; pero he de confesar que durante el viaje de vuelta cambié totalmente de opinión.
Cuenca es una ciudad extraña, y por el simple hecho de ser una capital de provincia y no parecerlo; ya que mientras paseaba por las calles del casco antiguo, pensaba que estaba en un pueblo poco habitado y con una población, digamos, envejecida.
Es cierto que la meteorología no acompañó mucho en un momento dado; pero tampoco supuso una incomodidad demasiado grande.
Además, por la tarde visitamos la famosa Ciudad Encantada; donde se pueden ver las caprichosas formas de las rocas por el efecto de la erosión. Aunque estoy en desacuerdo con el hecho de que haya que pagar 3 € por entrar. Sé que no suponen nada, pero al fin y al cabo lo que se hace es andar por el monte, y el ser humano no ha intervenido como para tener un beneficio, ya que todo es obra de la naturaleza.
Así que por lo general puedo decir que me quedo con un buen sabor de boca con este viajecito de ida y vuelta en el mismo día; cosa que supuso 730 kilómetros subidos al coche.
Aquí dejo algunas fotos que pude tomar:
Salu2
Cuenca es una ciudad extraña, y por el simple hecho de ser una capital de provincia y no parecerlo; ya que mientras paseaba por las calles del casco antiguo, pensaba que estaba en un pueblo poco habitado y con una población, digamos, envejecida.
Es cierto que la meteorología no acompañó mucho en un momento dado; pero tampoco supuso una incomodidad demasiado grande.
Además, por la tarde visitamos la famosa Ciudad Encantada; donde se pueden ver las caprichosas formas de las rocas por el efecto de la erosión. Aunque estoy en desacuerdo con el hecho de que haya que pagar 3 € por entrar. Sé que no suponen nada, pero al fin y al cabo lo que se hace es andar por el monte, y el ser humano no ha intervenido como para tener un beneficio, ya que todo es obra de la naturaleza.
Así que por lo general puedo decir que me quedo con un buen sabor de boca con este viajecito de ida y vuelta en el mismo día; cosa que supuso 730 kilómetros subidos al coche.
Aquí dejo algunas fotos que pude tomar:
Salu2
2 comentarios:
Cuenca es un bonito destino para pasar unos días de descanso. No pilla demasiado lejos, no está saturada, se come bien y hay una oferta de alojamientos en el casco antiguo muy interesante.
Basseta: Totalmente de acuerdo ;-D
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