ATENCIÓN: Este post es un poco (bastante) largo. Lo puedes leer por partes por fascículos o como tú quieras. Si lo lees entero y del tirón te regalaremos un chique sabor fresa o menta, a elegir.
Basado en hechos reales:
¡Quién me iba a decir a mí que el último día de curro del año iba a ser el más movidito! ¡Y además, haciendo de informático! Es lo que tenemos los becarios, que somos tan polivalentes que igual te freimos una corbata que te planchamos un huevo.
Pues el caso es que se había estropeado un ordenador portatil que tenemos en la oficina. Cada vez que lo enchufabas, a los 30 segundos...¡plaf! Aparecía un pantallazo azul igual que éste:
Diagnóstico: había petado el disco duro, había que formatear. Olía a chamusquina y todo, pobrecico. Y como urgía arreglarlo antes del día 4 porque unas personas lo tenían que usar... Pues ánimo y al toro.
Pero todo no iba a ser un camino de rosas, ya que desde el minuto 1 he tenido problemas para formatearlo de arriba a abajo porque faltaban los disco de arranque. Y yo no soy informático, pero para formatear un PC y instalarle de nuevo el Windows hace falta tener los discos de arranque sí o sí.
Total, me meto en Taringa y me pongo a buscar discos de arranque de un Windows 2000 (si le llego a poner el XP, el PC explota fijo) como un loco durante media hora hasta que encuentro algo decente. Total que me lo bajo, lo grabo en un CD y lo meto en el portátil. ¡Funcionaba, yuju!
Pero, he aquí el segundo problema. No había formateado nunca un PC. Mas o menos tenía una ligera idea de como se hacía, pero habían pasos que si los hacía mal la cagaba y no quería arriesgar. Ale, me pongo a buscar un manual que me explique paso a paso y con fotos (pido más que el Gobierno) lo que tenía que hacer. Y lo encontré (buen manual por cierto, lo recomiendo)
El primer escollo ya estaba superado. Había conseguido que el ordenador funcionara. Pero nadie me avisó de que los CD's de los programas esenciales(Office, por ejemplo) no existían y que me tenía yo que buscar la vida para instalarlos. Y me puse a ello.
Nadie me dijo tampoco que el PC en cuestión tenía menos de 128 MB de RAM, 10 GB de disco duro y un procesador que iba a pedales. Me dí cuenta de todo ésto cuando yo, tan feliz, intenté instalar el Office 2003 en ese trasto. Dos horas y media de instalación y encima para que cuando vaya por el 96 % te salga un mensaje parecido a éste:
Y en ese momento...¡pluf! Deja de funcionar Internet. No podía entrar ni a Google.
Y volvió. A las 18:40, pero volvió. Y no me preguntéis cómo, pero en poco más de 15 minutos tuve tiempo de descargarme el Office 97 (¡ojo, el 97!) grabarlo en un CD, instalarlo, reiniciar el PC y comprobar que todo iba bien. Todavía me habían sobrado 5 minutos para guardar en portátil en su maletín, guardar el maletín en el armario, coger mi chaqueta y salir por patas de la oficina no sin antes haber avisado al jefe de que ya estaba todo en orden.
Y a todo eso, añadir que no cobro un duro por trabajar, que estoy en prácticas...
Ale, ¡Feliz 2010 a todos! Y enhorabuena a quien lo haya leído entero. Lo del chicle era broma.