La praxi

Me encontré con un sujeto que sin más ni menos me dio un guantazo. Me quise dar la vuelta, pero el bien se apoderó de mi; de manera que me controlé y le puse la otra mejilla hacia el y le dije:
-Ahora este lado, por favor.
-¿Qué pasa? ¿Es usted masoquista?
-No, cristiano
-Mas a mi favor. Personalmente no tengo nada en contra de los cristianos.
-No me ha entendido. Un precepto cristiano dice: "A quien te pega en la mejilla derecha, ponle también la izquierda"
-¿Para qué no te haga tanto daño?
-No, para que me continúe pegando. Es decir, en señal de humildad. ¿Comprende?
-No pero después de todo no es cosa mia.
-Entonces pegueme. A la derecha, porque a la izquierda ya lo ha hecho.
-Pero es que ahora ya no tengo ganas.
-Hágalo por mi...Compréndame: como que ya he entrado en el camino de la virtud, me gustaría sacar algún provecho. Si no, todo habrá sido en vano; nada más se podrá decir que me han inflado los morros y ya esta. Una cosa vulgar, sin ningún mérito.
-Estoy cansado
-Una sola vez , para que haga juego. Pongase en mi situación: los resultados a medias no son resultados, y yo ya tengo a mi favor el cincuenta por ciento. O me pega a las dos mejillas o no habrá servido de nada.
-Bién..., por qué no. Pero a la derecha es más difícil. No soy zurdo.
-¿Puede ser con un pie?
-¿Con un pie en la mejilla? Me sobrevalora. No llegaré.
-Me podría agachar.
-Pero entonces perdería empuje. Además, si lo que importa es la simetría, con un pie no es lo mismo que con una mano. El golpe es diferente.
-¿Y si volvieramos a comenzar? Ahora solo con el pie
-¿Cómo?
-Yo me tumbo, usted me da un puntapié, después yo me vuelvo a tumbar y usted me vuelve a dar un puntapié.
-Usted es ingenuo. Cualquier criatura sabe que el hombre no tiene lo mismo delante que atrás. Eso tampoco seria simétrico.
Me entristecí. El tenia razón.
-Ya lo tengo- dije después de reflexionar un poco-.
He encontrado la solución. Hay otro precepto cristiano que dice: "A quien te pegue con una piedra, devuelvesela con pan." Coja esta piedra y tíremela. Yo le daré pan a cambio.
-Lleva encima?
-No, pero hay una panadería al girar la esquina. Voy corriendo y traigo.
-No me gusta nada, por eso de tirar el pan. No esta bien tirar el pan, es un don de Dios.
-Pero el mandamiento lo dice bien claro.
-De acuerdo. ¿Pero y qué pasa con este cachete que ya tiene invertido?
-¡Que se le va a hacer! Ese negocio no ha salido bien, comencemos otro. Lo contabilizaré como perdidas y ahora el primer movimiento es suyo.

La piedra era de considerable tamaño y habría de haberme proveido de pan antes de empezar toda la operación, ya que de camino a la panadería iba tuerto a causa del golpe de la piedra en la cabeza.
-Una barra de pan, por favor- dije al panadero.
-No hay pan. Solo quedan pastas.
Eso no estaba previsto. Però después de todo una pasta también es pan. Compré unas cuantas pastas y volví con mi compañero de juegos que me estaba esperando impaciente.
-Ahora le pego con una pasta y le dejo en paz.
Ya con la primera pasta le encerté en los ojos. Cayó y dejo de moverse. Me acerqué, tenia los ojos vidriosos.
Una pasta dura de producción estatal también tiene sus ventajas.

Mientras me alejaba, continuaba sin moverse. Lo tenia bien merecido, el muy hijo de puta. ¿Por qué se metía conmigo?

Relats d' humor, Slawomir Mrozek. Edició de Monserrat Amores (traducido al castellano por Daniel Boronat)